De los tirajes habituales en el país que rondaban los 3.000 ejemplares se pasa a imprimir entre 20.000 y 50.000 ejemplares y se publican unos 250 títulos. Entre noviembre de 1971 y agosto de 1973 se imprimen unos 10 millones de libros. Quimantú llegó a producir en un mes lo que ZigZag en un año; y en 12 meses lo que producían todas las editoriales del país en casi 4 años.

La Editorial amplía el circuito tradicional de distribución en librerías, para llegar a diferentes espacios sociales. Las colecciones de libros y revistas se venden en las calles, en quioscos, en “librerías sindicales”, por suscripciones mensuales e incluso desde una flotilla de camiones con estantes, que recorría los barrios de Santiago. 

Una política que hizo posible vender libros a precios tan bajos como una cajetilla de “Hilton”.

Un factor gravitante fueron los trabajadores– se habla de 780 personas– quienes se integran a la empresa, participan en la toma de decisiones y aportan su experiencia en la gestión. De los 11 gerentes, 5 fueron obreros, nombrados “ejecutivos laborales” quienes siguen trabajando en los talleres y en la dirección. 

Así fue posible lograr esta gesta que permitió a miles de chilenos el acceso a obras clásicas y contemporáneas, en literatura, historia, información general e investigación, además de colecciones y revistas.

En palabras de Joaquín Gutiérrez, director de Quimantú entre 1971 a 1973 “la editorial cambia socialmente el panorama del libro, porque hasta ese momento era privilegio de una elite”.

Entre sus colecciones: Nosotros los chilenos, Quimantú para todos, Clásicos del Pensamiento Social.

El logotipo de Quimantú se construye en base a un círculo, el sol que enmarca y contiene los otros elementos. Diseñado en base a un patrón decorativo geométrico que, en un juego de figura y fondo, produce efectos cinéticos de gran luminosidad y evoca un tejido precolombino.

Al centro, la letra “Q” con un círculo interior que semeja una bobina del papel en rollo usada en las rotativas de grandes imprentas. El asta descendente de la “Q”, pareciera representar el papel desplegado, funciona como eje vertical del logo y le da estabilidad al conjunto. 

Como base la palabra “Quimantú”, dibujo que semeja formas artesanales. 

No se conoce el autor de este notable logotipo.

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