Para que los niños logren mejores resultados en su rehabilitación, es importante que exista una detección temprana de la sordera, sean implementados adecuadamente y  reciban una completa y adecuada terapia.

Sus metas son informar sobre la sordera, guiar y acompañar a las familias de los menores y que logren integrarse al sistema escolar común, alcanzando así oportunidades reales de acceso a la educación superior y de inserción laboral.

El trabajo se orientó a diseñar una gráfica que evitara los efectismos habituales en la categoría, así como las forzadas evocaciones del mundo infantil. Se requería una marca capaz de construir identidad desde un justo equilibrio entre la precisión técnica de los procedimientos utilizados en la rehabilitación de la sordera y la dimensión afectiva propia de las instituciones de beneficencia.

El taller de marca desarrollado permitió sentar las bases de la nueva identidad: simple, concreta e ilustrativa, al tiempo que moderna y sostenible. Para representar el sonido en forma abstracta, se optó por una figura que se fundiera con la empatía inherente al trabajo de la fundación. El resultado es una figura caracterizada por esta dualidad, pues combina la sinuosidad de las ondas de sonido con la configuración de un rostro infantil, posibilitando una lectura frontal y otra lateral que confluyen como visualización de un efecto sonoro.