Después del Golpe de Estado, varios de los artistas más representativos de la Nueva Canción Chilena tuvieron que exiliarse (Quilapayún, Inti-Illimani, Patricio Manns, Ángel Parra, Isabel Parra, etc.) Sin embargo, esto no significó el fin del canto popular. Un puñado de músicos que se quedaron en el país, comenzaron prontamente a trabajar en dar nueva vida al ambiente artístico, al alero de peñas, universidades y del sello Alerce, creado por Ricardo García. Estos artistas darían origen a lo que se conoció como “Canto Nuevo”.
Uno de los grupos más representativos de esa primera época del Chile de la dictadura fue el conjunto Aquelarre, formado en su mayoría por músicos novatos, que sin embargo lograron hacerse un espacio en el mundo de la música popular, acrisolando una sonoridad propia, que se mostraba en espacios como la desaparecida peña “Doña Javiera”, creada por Nano Acevedo.
Pese a lo breve de su existencia como grupo (años 1975 a 1980), y a haber grabado sólo un disco, expositores de la Nueva Canción, Aquelarre ha quedado en la memoria de los chilenos, especialmente por sus hermosas interpretaciones de temas como “El cautivo de Til Til”, “Valparaíso”, “Guitarra” y “Defensa de Violeta Parra”.
El diseñador del logo de Aquelarre es el diseñador Osvaldo Rojas, el mismo diseñador de los logos del Kaffe Ulm y el Café del Cerro.
Este excelente logo sigue la tradición de todos esos grandes logos de los grupos musicales de fines de los 60 y comienzo de los 70 de la Nueva Canción Chilena diseñados por Vicente Larrea, utilizando en su diseño novedosas y creativas tipografías dibujadas a mano que les otorga una identidad original y única.
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