Requería por tanto de una marca que diera cuenta de esta nueva faceta y que le permitiera transmitir una imagen más acorde con los nuevos desafíos que enfrentaba el evento y que dicen relación con las redes que se tejen en torno a los negocios que se producen durante la feria, que son parte fundamental y motor de la economía local y que sin duda constituyen un factor identitario para el desarrollo de la zona en distintos ámbitos.
Se pensó entonces en la idea de la trama de tejido que caracteriza los afamados productos de la zona y se creó un símbolo dinámico y expresivo, que representara claramente el oficio del tejido de la lana, recogiendo el legado cultural y patrimonial, pero también las posibilidades de conexión y proyección del evento, más allá de las fronteras locales, en su mirada hacia el futuro.
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