El proyecto se resumía en tres conceptos: Chile país diferente, Chile país ganador y Chile país moderno. El objetivo principal era cambiar la remota, primitiva y decadente visión existente en Europa, y de paso en el resto del mundo, hacia nuestro país. Acabar con la imagen del “Chile de la dictadura”, del “Chile de pasado trágico” o “de otro país tropical más”.

Una marca que rompe los clásicos estereotipos, por ejemplo, el no usar la estrella tradicional regular de cinco puntas del escudo y la bandera oficial y propone una nueva mirada más lúdica para representar al país. Un diseño exquisito, fresco y renovado, con una personalidad única, que invita a ver a Chile con otros ojos